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Como aclamada Magistrix, alcanzó grandes logros en su carrera como poderosa maga de la ciudad de Lunargenta, pues a fin de cuentas, era lo esperado de la hija de tan noble paladín, Skoryan Cantoscuro. Viviendo siempre a la sombra de su padre, una niña de carácter caprichoso necesitó madurar en su juventud tras el fallecimiento de su madre a causa de la inmensa sed de maná que llevó a la desdicha a todo su pueblo. Por primera vez, Eliether se dio cuenta de que ella podía hacer más de lo que otros muchos podrían lograr: influir en su pueblo con sólo alzar la voz entre el mar de confusión y hambre. No sólo se encargó de cuidar a los más castigados por la pérdida de la Fuente del Sol, entregándose en cuerpo y alma a tan noble tarea, sino que, liderando a un numeroso grupo de magos novicios de la ciudad, diezmó notoriamente todo envite de La Plaga sobre Lunargenta de forma diestra, donde recibió el apodo de Bailarina de Hielo. Lamentablemente, perdió a su padre en combate, y su hermano mellizo desapareció por completo. Tan famoso se volvió su papel durante el reinado del rey Lich, que todo su pueblo recuerda su nombre como ejemplo del absurdo e inmenso poder natural que corre por las venas de un elfo de sangre. 

Tras poner fin a los ejércitos de No Muertos que asolaron sus amadas tierras, la gran Magistrix, unida en hermandad con la orden de Los Relicarios, a la cual aún pertenece, trotó a lo ancho y largo del mundo en busca de antiguas reliquias mágicas que captaban su exquisito interés,  y durante uno de sus habituales viajes, conoció a un orco del cual cayó plenamente rendida: Korgrur Espíritu de Lobo. Pero su pequeño romance se vio interrumpido. 

Desafortunadamente, a causa del malhacer de Los Relicarios, y debido a una trágica traición de la que formó parte, en la conciencia de Eliether cayó cual piedra la ira y locura descontrolada de Lady Jaina Valiente sobre los Atracasol y sobre todo inocente habitante de la Horda presente en la ciudad: Lo que ella había hecho, lo que había ayudado a hacer por órdenes de Garrosh, había costado la vida de centenas de inocentes y la credibilidad de los Atracasol, de los cuales se considera cordial amiga, sobretodo de su líder. 

Desde entonces, la vida de la Magistrix giró dramáticamente al fantasma de lo que una vez fue. Actualmente, ahora que de nuevo Los Relicarios son dirigidos por una mano diestra y justa, se dedica a recoger artefactos mágicos de poderoso calibre para ayudar a combatir la Legión Ardiente: Una mujer sin nombre, una mujer sin rostro.

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Dalaran - Lunargenta - En su busca

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